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Rosanna
Walls: Actriz
«Un
actor no se quema por hacer anuncios, sino por quedarse en casa»

Rosanna Walls pone la nota «malvada»
en las aventuras marbellíes de Torrente
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José
Andrés Dulce - Santa Cruz de Tenerife -
Sábado, 09
de Junio de 2001
Rosanna
Walls es la actriz canaria que interpreta a la «mala» de «Torrente 2:
misión en Marbella», uno de los grandes éxitos de taquilla del cine
español. Hasta ahí la evidencia. Pero detrás de la villana Robertson
se encuentra una auténtica todoterreno, una actriz de «alto voltaje»
que emplea su físico como herramienta profesional y como argumento publicitario,
granjeándose una fama que le ha llevado a ocupar las portadas de «Man»
e «Interviu».
Enamorada del expresionismo alemán y de la comedia italiana, la intérprete
tinerfeña ha batido ya un amplio campo que comprende pintura, teatro,
cine, televisión, moda, publicidad, doblaje y, en breve, la radio.
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«Muertos de risa», «Airbag», «Torrente 2»: ¿Es la comedia salvaje el
terreno en el que mejor se desenvuelve?
- No quiero ser encasillada. Tomé mi decisión de hacer cine español
cuando vi «Acción mutante». Antes, tenía mis aspiraciones puestas en
Alemania, a donde pensaba dirigirme tras pasar un año en Madrid; pero
al ver esa película me convencí de que tenía algo que hacer aquí.

Una
intérprete total
Hija del pintor Juan Zerép, Rosanna Walls pertenece
a una saga tinerfeña de artistas en las que se inscriben Alberto
y Yamil Omar o su hermano Juan Carlos Walls, autor de su «web
- site». Su formación como intérprete está ligada a la Escuela
de Actores de Canarias, donde, por encima de la pedagogía teatral,
ya fraguaba sus sueños cinematográficos. Tras haber pasado por
la Península, Italia, Inglaterra o Alemania, Rosanna Walls (en
la imagen, junto a Santiago Segura) no duda en catalogar a la
EAC como «una de las escuelas más completas que he conocido».
No obstante, dio sus primeros pasos en la danza, pero las lesiones
y un accidente de tráfico le condujeron al dique seco. La moda
fue otra de sus estaciones de paso. En este orden, considera
a Alicia Costa su «madre profesional», además de una «grandísima
modelo» que «me pulió y enseñó a comportarme». Sus pasos en
el cine delatan el deseo de convertirse en una actriz total,
capaz de interpretar, doblar o rodar secuencias de acción. A
sus trabajos para Segura, De la Iglesia o Bajo Ulloa, Rosanna
Walls suma su participación en los filmes «Al límite» y «El
corazón del guerrero», además de en la miniserie «El camino
de Santiago», junto al recientemente fallecido Anthony Quinn.
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¿Cómo definiría a Robertson, el personaje que encarna en «Torrente 2»,
y qué consecuencias ha extraído de su trabajo en la película de Santiago
Segura?
- Como actriz, debo decir que mi personaje no es tal. Desaparece y no
deja huella. El centro de la película es Torrente, y todos, querámoslo
o no, giramos alrededor de él. Por haber actuado en «Torrente 2» se
me ha ofrecido participar en varios programas sensacionalistas de televisión,
pero he rechazado esas ofertas porque sólo iría en calidad de «Chica
Torrente». Y ésa no es mi idea.
- Santiago Segura tiene fama de «mala uva». ¿Congenió con él?
- Santiago tiene las ideas muy claras cuando rueda. O le das lo que
quieres, o se mosquea. En algunos momentos el trato con él puede llegar
a ser difícil, pero es un buen director, además de un tío listo, porque
trata de obtener de cada actor un determinado registro. En mi caso,
logró que exterioriza la mala leche que llevo dentro, lo que benefició
al personaje.
- ¿Qué recuerdo tiene de su trabajo en la serie «Blasco Ibáñez» a
las órdenes de Berlanga?
- Entrañable. Aunque hice un pequeño papel, la verdad es que asistir
a un rodaje con Berlanga es como estar en casa.
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En paralelo con el cine, ha venido desarrollando una intensa carrera
en el campo publicitario. La inclusión en su página «web» de los anuncios
para los que ha posado, ¿obedece al deseo de que el público sepa quién
está detrás de ese rostro y de ese cuerpo?
- He hecho mucha publicidad y se me ha criticado por ello. En un determinado
momento llegue a actuar para las dos principales compañías de refrescos
de cola, en roles que eran, además, opuestos: uno como chica buena y
otro, de mala. Soy camaleónica. Pero un actor no se quema por hacer
anuncios, sino por quedarse en casa a esperar un llamada. Ahora ya no
hago tanto publicidad, porque en ese ámbito sólo era un ser anónimo.
- ¿Por qué no continuó en el mundo de la moda?
- Para mí la moda es un arte. Si abandoné esa carrera era por el malestar
que me producía ese «gallinero» impresionante de las pasarelas. Comencé
en ese mundo a los trece años, una edad «triste» porque ahora, con veinticinco,
ya me encuentro muy mayor para trabajar en él. Cuando llegué a mi primer
«casting» era la más joven y ahora sería la más vieja.
- «Piel de cactus» es la única película canaria en la que ha actuado
hasta hoy. ¿Cómo valora el cine que se realiza en las Islas?
- En Canarias existe una enorme cantera de artistas. Pero el cine canario
como tal no existe; es una utopía. Dentro del cine español, sólo vascos
y catalanes han concebido un proyecto propio; lo demás son habladurías.
- ¿Piensa que los reportajes aparecidos en revistas como «Man» e «Interviú»
pueden crear una falsa imagen de Rossana Walls?
- Ambos reportajes los dirigí yo. Elegí a los fotográfos, maquilladores
y estilistas. Lo hice para ayudar a la promoción de «Torrente», pero
quise hacerlo a mi manera. Cuando una revista me ha propuesto otras
condiciones distintas a las que yo planteaba, ese reportaje no se ha
hecho.
- En la galería de «chicas Bond» no figura aún ninguna española. ¿Le
gustaría inaugurar ese pabellón?
- Como actriz equivaldría a hacer lo que ya he hecho con Robertson en
«Torrente». Lo que de verdad me estimula es el cine europeo. Pude ir
a Estados Unidos para perfeccionarme en el Actor s Studio, pero me interesa
mucho más la escuela británica y europea de interpretación. Europa es
mi meta.
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